El objetivo de este libro es examinar las nuevas modalidades de recolección informal de residuos que surgieron en la ciudad de Buenos Aires, hacia fines de la década de 1990, concretamente la expansión del cirujeo y el surgimiento de las cooperativas de recuperadores de desechos. Dichos asuntos son analizados aquí desde la óptica ambiental, y más específicamente, desde la perspectiva del manejo de los residuos sólidos urbanos. Respecto de la práctica de recolectar y revender residuos extraídos de la basura con fines de supervivencia, es innegable que existe desde antaño en el paisaje de la ciudad de Buenos Aires. Sin embargo, hacia mitad de la década de 1990, se registran cambios significativos tanto en el modo de realizar la tarea como en la posición que toma esta práctica como vía informal de recuperación de residuos. En este sentido, si bien las únicas cifras oficiales existentes hasta el momento son las elaboradas por el Gobierno de la Ciudad, se estima que sólo por la acción de los 9000 recuperadores inscriptos en el Programa de Recuperadores (PRU), reingresan semanalmente al circuito 900 toneladas de desechos, es decir, casi el 20% de lo que se arroja como desecho domiciliario. Se trata de una cifra altísima y comparable con los niveles europeos, pero que se produce en condiciones de alta precariedad, aun para los recolectores que se hallan inscriptos en programas como el citado.