El amo nunca le pareció débil ni indefenso, por el contrario,era para ella algo así como un caprichoso dios de la antigüedad, díscolo y peligros. Los dioses antiguos ignoraban a los seres humanos, quienes no contaban para ellos, existían en la naturaleza solo para ser castigados, para desahogarse, para deshacerse de su irritación divina.
Katia pensaba que si algo terrible le ocurría al amo por su culpa, sería el fin de todo. les caería sin falta un espantoso castigo antiguo, de los que barren a los culpables e inocentes, incluso de los que pueden matar.
Le tenía mucho miedo al amo. Mucho miedo...
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