Para los expertos en desarrollo integral de las sociedades, la falta de competitividad, tanto de las personas como de los sectores productivos de los países en desarrollo, obedece a la carencia de una cultura de la investigación y al menos precio por la actividad investigativa, las cuales a su vez se explican por la debilidad del sistema educativo en este campo y por la actitud del mismo frente a su misión fundamental como motor dinamizador del desarrollo social.Dada la importancia que en la sociedad actual tiene la apropiación y la generación de conocimiento, toda sociedad y en particular toda persona está abocada a aprender los principios básicos del método científico, a reflexionar y a actuar con consistencia si quiere jugar un papel protagónico y ser artífice de su propio proyecto de vida.En virtud de lo ya mencionado, desarrollar actitudes y destrezas para la investigación científica es una necesidad ineludible que debe ser objeto de reflexión y acción para gobernantes, dirigentes empresariales y para cada persona en particular, pero, principalmente, para la comunidad académica cuya misión es contribuir al progreso y bienestar de la sociedad.