La época en que vivimos se caracteriza por la velocidad. En el universo de las comunicaciones se observa que cada día el planeta se vuelve más pequeño. Para preparar a las personas a vivir en una sociedad de redes o nudos que conforman las nuevas tribus , se necesita un sistema educativo que, entre otros fundamentos, utilice plenamente todas las posibilidades que ofrecen las tecnologías de la información y la comunicación. Para que se produzca la reconstrucción del conocimiento, se necesitan competencias comunicativas específicas donde el sujeto debe saber conocer, saber hacer, saber ser, saber transformar. En este sentido, la cultura no es la formación de un individuo en su humanidad o en su madurez espiritual, sino la formación colectiva y anónima de un grupo social en las instituciones que lo definen. Se trata, ante todo, de reformar el pensamiento para cambiar las mentalidades y el saber educativo y comunicativo, en su unidad dialéctica. Hay que pensar la subjetividad a partir de nuevas premisas, considerando los adelantos en la tecnología de la información y la comunicación, para no perder lo más importante: el proceso, y con él, al hombre, inserto en la cultura.