Intentar conciliar las imágenes vertidas desde la visión de ambos sexos sobre la representación de la mujer en la pintura, es un trabajo muy complicado, sobre todo teniendo en cuenta que esaistimos a una verdadera guerra de sexos desde prácticamente la segunda mitad del siglo XIX; y que el arte fue un medio muy efectivo para, la mayoría de las veces de una forma sutil, expresar abiertamente el malestar o el rechazo hacia esas nuevas formas de relación entre los géneros. La pasión con la que artistas, hombres y mujeres, han creado no sólo una imagen, sino también un mensaje, es la que da vida a esta obra, en la que se unen arte, antropología, sociología e historia del arte para desgranar las relaciones que subyacen bajo la mera apariencia y mostrar esa otra historia que no ha sido contada.